Se trata de un cambio en las prioridades de la planta del crecimiento de brotes a la acumulación de sustancias de reserva para superar los periodos fríos.
En este punto lo mejor es empezar a utilizar un fertilizante rico en nitrógeno (N), pero que sea de liberación lenta, es decir, que permita a la planta absorber sólo lo que la temperatura del suelo le permite liberar, es decir, de forma progresiva, poco a poco. El fertilizante también debe contener un alto nivel de potasio (K) para endurecer la vegetación y facilitar la acumulación de sustancias de reserva en las raíces.
Para ello uno de los mejores fertilizantes a utilizar es Bottos Autumn K 21-0-25.
Alternativamente, también se pueden utilizar los siguientes productos: Bottos Slow K, Bottos Summer K 10-0-30, Herbatech GeenUp Vigor+.
Además, el acortamiento de las horas de luz conlleva una mayor exposición del césped al efecto sombra, lo que evidentemente no beneficia al césped, empujando a la vegetación a realizar un esfuerzo de crecimiento vegetativo para aumentar la altura y la superficie foliar para captar más luz. Este hecho deforma la alfombra alargándola, adelgazándola y reduciendo el sistema radicular, facilitando la desaparición de la continuidad del césped. Para evitarlo recomendamos realizar dos tratamientos foliares con productos específicos que contrarresten este fenómeno, poniendo orden en el crecimiento de la alfombra antes de su reposo invernal que se produce con la aparición de las primeras heladas.
El producto recomendado es Bottos Pre-Stress.